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Blues, montunos y el jazz por venir

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Blues, montunos y el jazz por venir

Por Pedro de la Hoz

Fuente:Granma Digital

Nada mejor que haber comenzado las jornadas por la celebración del Día Internacional del Jazz, que en esta ocasión tendrá a La Habana como sede central de la cita global convocada por la Unesco en torno al 30 de abril, con un concierto de Bobby Carcassés.

Por iniciativa del maestro y del sello Bis Music, que puso a circular su disco Blues con montuno, el escenario de la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes se pobló de probados intérpretes que demostraron la vitalidad con que el complejo musical cuajado a orillas del Mississippi a finales del siglo XIX, forma también parte inalienable de nuestra identidad cultural.

Si en el preámbulo, con el estreno del video clip realizado por Mildrey Ruiz sobre La noche, el cha cha cha se asomó al territorio del jazz —arropado por la nómina de Interactivo, banda liderada por Roberto Julio Carcassés, que sirvió también de sostén al concierto—, ya en proscenio, solo con su voz en Son de la loma, Bobby recordó la pauta que desde hace muchísimos años ha cultivado: juntar en una corriente única los modos más auténticos de decir de la música cubana y la norteamericana de matriz africana.

Él es un maestro indiscutible del scat —el arte de la improvisación vocal que alcanzó niveles de excelencia con Louis Armstrong, Ella Fitzgerald y Sara Vaughan, sin olvidar a los precursores cubanos Francisco Fellove y Tony Escarpenter—, con la sabiduría, el ingenio y el buen gusto para definir un estilo propio.

Así fue capaz de apropiarse de clásicos como Tenderly (Gross-Lawrence, 1946) y Night in Tunisia (Gillespie, 1942), experimentar con la guajira (Cubana y sensual) y la rumba (Rumbibop), traer a Benny Moré a un primer plano (Blues con montuno) y rendir tributo al autor de Round midnight con Thelonious Monk-Tuno, para de­sem­bocar en una abrumadora descarga bajo el pretexto del toque latino que Juan Tizol y Duke Ellington adelantaron en 1936 con Caravan.

Entre los más destacados colaboradores de Bobby en el concierto clasificaron los trompetistas Yasek Manzano, esta vez con el fliscorno, y Jesús Ricardo, un jovencito del que mucho se debe hablar en lo adelante; el flautista Orlando Valle, Maraca, y el saxofonista César López, con lecciones de improvisación; el baterista Enrique Pla, un músico en toda la extensión de la palabra, Roberto Julio, pianista imaginativo y fértil; y Rey Baró, espectacular bailarín que funde rumba con tap.

Por si fuera poco subió a escena Horacio Hernández, el Negro, baterista virtuoso pero esencial, que mucho ha tenido que ver con las bases rítmicas en presentaciones y grabaciones de Eddie Palmieri, Carlos Santana, Gary Burton, Michel Camilo y Roy Hargrove.

A partir de este lunes 24 la jornada por el Día Internacional del Jazz se intensifica, con énfasis en acciones educativas programadas en la Universidad de las Artes y la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, intercambios a los que asistirán profesores y alumnos del Instituto Thelonious Monk, con sede en Washington y extensiones en países de todos los continentes.

En vísperas de la celebración, prevista el propio 30 en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el Pabellón Cuba acogerá un encuentro excepcional el sábado 29 a las 4:00 p.m., en el que disertarán sobre los vínculos entre el jazz y el cine el notable pianista Herbie Hancock, que comparte con Chucho Valdés el auspicio de la velada, y Quincy Jones, ganador de 23 premios Grammy, autor de la banda sonora del filme El color púrpura, de Steven Spielberg basado en la novela homónima de Alice Walker, y productor y director de la grabación colectiva de We are the world, de Michael Jackson y Lionel Richie.

Esa misma tarde, pero a las 5:30 p.m., en los jardines del teatro Mella la rumba cantará y bailará al jazz y por la noche, en el teatro Nacional, Ruy López Nussa protagonizará un concierto.

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