El Concurso de Jóvenes Improvisadores Francisco (Chanchito) Pereira, que en su XXIII edición reúne a 16 poetas, visualiza la vitalidad del repentismo, patrimonio cultural inmaterial de la nación cubana, afirmó Orismay Hernández, director de la Casa Naborí.
El evento que en su segundo día sesionó en la comunidad El Porvenir del municipio de Unión de Reyes, provincia de Matanzas, constituye el espacio donde decimistas menores de 35 años se reúnen, confraternizan y miden en su grupo etario la calidad de la estrofa.
Participo en el concurso más que por competir, por vivir la experiencia, para que me vean personas que no me conocen y porque siento la necesidad de relacionarme con otros improvisadores, opinó Luis Quintana (hijo), quien se enrola por vez primera en el certamen.
Por novena ocasión acudo al “Francisco Pereira”, una cita de encuentro con los compañeros, y más que medir fuerzas es una oportunidad para que la décima perviva mientras se aprende de los demás, opinó Yusbiel León, representante del territorio de Cienfuegos.
Poco margen de ventaja entre los competidores distingue el certamen que requiere la improvisación de cinco décimas y un pie forzado, a partir de un sintagma o tema escogido al azar, frente al público, por cada compositor de espinelas.
Calidad y coherencia en el discurso rimado, ajuste al tema o sintagma, y respeto a la métrica y al consonante, se incluyen entre los parámetros que mide el jurado, presidido por el experimentado decimista Julio Martínez.
La final del XXIII Concurso de Jóvenes Improvisadores que rinde tributo al repentista Francisco (Chanchito) Pereira, sesionará este domingo en la Casa Naborí, institución organizadora del evento, ubicada en el municipio matancero de Limonar.
