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Eduardo Veitía y la magia de la danza española

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Eduardo Veitía y la magia de la danza española

Por Jennifer Milián Duani


Con motivo de celebrarse en Cuba el primer Festival Internacional de Danzas Española y Flamenca, tuvimos la oportunidad de entrevistar a una de las figuras cimeras del panorama danzario cubano: Eduardo Veitía.

Aprovechamos la ocasión para conversar con el fundador del Ballet Español de Cuba sobre la presentación de la compañía en los Jardínes del Generalife, en Granada, con el espectáculo “¡Oh Cuba! Federico García Lorca”, que resultó seleccionado para protagonizar la XVI edición del ciclo lorquiano de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en el propio teatro.

El Festival, próximo a celebrarse entre los días 2 y 12 de noviembre en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, está dedicado a dos grandes de la danza: Antonio Gades y Cristina Hoyos. Además, será el momento para celebrar los 30 años de vida artística del propio Veitía y de la fundación del Ballet Español de Cuba.

Dicho evento incluirá talleres y conferencias magistrales, al tiempo que contará con la participación de conjuntos de danza española provenientes de la isla, Chile, España y México.

El primer bailarín, coreógrafo y profesor también accedió con gusto a comentar sobre la fundación del Ballet Español y las particularidades de la danza española en Cuba.

¿Cómo nació el interés por participar en la XVI edición del ciclo lorquiano?

Surgió de un encuentro entre tres amigos. Nos reunimos para celebrar el 30 aniversario del Ballet y los 30 años de vida artística. El proyecto “¡Oh Cuba!…” surgió de esa conversación. Se presentó al  concurso del Generalife, que este año era internacional, y el espectáculo seleccionado fue “¡Oh Cuba! Federico García Lorca”, del director Francisco Ortuño, de los coreógrafos Adrián Galia, Emilio Ochando, Manuel Díaz y yo, que tuve también la suerte de coreografiar para ese espectáculo.

Fue algo muy importante para nosotros presentarnos allí. Se trata de la primera compañía cubana que baila en el escenario de la Alhambra, en el Generalife. Fueron treinta noches mágicas. Ha sido todo un honor, por la magia del lugar y por las figuras que por allí han pasado: Antonio Gades, Cristina Hoyos, Mario Maya, Rafaela Carrasco, y todos los que se han presentado durante las 21 ediciones. Figuras muy importantes que han luchado mucho por la danza española.

Al mismo tiempo fue un gran homenaje para Cuba. La prensa española abordó todo el tiempo el tema de Cuba; celebró nuestro Ballet Español y mis treinta años de vida artística. El público nos ovacionó todas las noches. Fueron 30 presentaciones y un total de 46 000 espectadores presentes durante las funciones en Granada.

¿Qué sentimiento le dejó Granada a usted y a los jóvenes de la compañía?

Todos regresamos muy felices, por todo lo que allí aprendimos, por el cariño y las ovaciones recibidas. Hasta ese momento el Ballet Español de Cuba era toda una expectativa. La gente preguntaba y quería saber qué era el Ballet Español de Cuba. Allí pudieron vernos en una gama muy amplia, ya que no solo presentamos espectáculos cubanos escritos por el director, sino también repertorio flamenco junto a todas esas grandes estrellas, que además fueron figuras del Ballet Nacional de España, del Ballet de Andalucía, de la Compañía de Antonio Gades. Compartimos con todos ellos, incluso con las estrellas del Riverdance.

Fue un espectáculo caracterizado por el talento. Estuvieron la actriz Loles León, así como los músicos Antonio Carmona, Diego Franco, la cantaora Chelo Pantoja, y otros grandes del flamenco.

Cada noche fue mágica, desde la propia entrada al escenario, donde los músicos ya estaban ensayando y nosotros oíamos sus cantos. Siempre que he ido a España he tenido la suerte de ser muy bien atendido. Gané un certamen de Coreografía y realicé muchas giras siendo joven con el Ballet Nacional de Cuba y con el Conjunto de Danzas Españolas.

¿Cuál es la particularidad de un Festival Internacional de Danzas Española y Flamenco en La Habana?

El Festival enriquecerá nuestro intercambio con las raíces españolas. Es un evento personalizado, en el sentido de que solamente es la danza española la protagonista en todos sus géneros: la escuela bolera, las danzas regionales, el flamenco, la música… Es una fiesta internacional de la danza española, donde intervendrán artistas españoles, mexicanos, chilenos y artistas cubanos dedicados a este género.

Habrá siete galas, donde tendrán lugar estrenos coreográficos como el “El fado flamenco”, interpretado por una bailarina de Granada y con la intervención de Lindiana Murphy y el guitarrista Luis Manuel Molina en la Gala Flamenca.

Bárbara Llanes y Luis Manuel Molina presentarán “Siete canciones populares españolas” de Falla, un estreno mundial en la Gala por el Aniversario 30 de mi vida artística. Allí también podrán verme actuar. Tuve el honor de bailar en el Generalife y ahora quiero bailar para el pueblo cubano, que tanto me lo pide.

También serán presentadas la Gala Lorca, con “La Casa Alba”; la Gala Inaugural “Aquel amor brujo”, donde estará un bailarín cubano, Rafael Rivero, quien fue primer solista del Ballet Nacional de Cuba y luego primer bailarín de la Compañía de Nacho Duato; la Gala Flamenca; la Gala de Estrellas; la Gala lo Clásico Español en Concierto, también dedicada al Certamen de Coreografía de Danzas Española y Flamenca que está cumpliendo 25 años, y la Gala de Clausura, junto al Teatro Lírico Nacional, donde se presenta “Carmen por dos” y compartimos la escena con las voces de tenores y sopranos de la ópera y del Teatro Lírico Nacional.

Habrá también un grupo de tres conferencias. En la primera de ellas, “El Ballet Español en Cuba”, contaremos con la presencia de especialistas e historiadores que han seguido la trascendencia de la compañía, entre ellos Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba; la doctora y especialista Carmen Almodóvar; el crítico de Arte y periodista Toni Piñera; Carlos Velázquez, de la Oficina del Historiador, e Ismael Albelo, crítico de Danza.

La conferencia de “Flamencología” será impartida por Ana Ruiz, profesora y bailarina de Granada. Por último, la conferencia “¡Oh Cuba! Federico García Lorca” estará a cargo de Francisco Ortuño, director de la obra del mismo nombre presentada este año en el Generalife.

Estos encuentros se realizarán a partir de las 7:00 p.m. en la Sala Ernesto Lecuona del Gran Teatro de La Habana, durante los días en que no habrá función.

¿Cómo fue el proceso de fundación de la escuela de Ballet Español de Cuba?

Desde la creación de la escuela, pensamos en la responsabilidad de formar a los bailarines a partir de nuestras experiencias. Me gradué en 1987, año en que se funda esta compañía por Alicia Alonso, por eso ella es la presidenta de honor. Sin su apoyo no hubiéramos podido siquiera soñar con estos 30 años de la compañía.

En el país no existía Danza Española dentro de las especialidades de Danza. Yo fui maestro de Danza Española en la Escuela de Ballet, en la Escuela de Danza, en la actual Universidad de las Artes. Les di clases a muchos de los actuales bailarines: Carlos Acosta, José Manuel Carreño, Rafael Rivero... El tiempo fue pasando, todos ellos se crecieron y llegaron a ser primeros bailarines. Sin embargo, el salario y la evaluación no coincidieron con su nivel. En aquel momento le comentamos lo que estábamos pasando a José Matías Maragoto, quien dirigía el Teatro, y nos dijo: “¡Ustedes sigan hacia adelante! Eso lo vamos a lograr”.

Seguimos luchando hasta el momento en que el viceministro Rafael Bernal nos convocó a una reunión y a partir de ahí se crea la primera unidad creada en el país como nivel medio, adscripta al Consejo Nacional de Escuelas de Arte y a la Escuela Nacional de Danza. En sus inicios estuvo ubicada en el Gran Teatro, ahora nuestra sede radica en el antiguo cine Mara, en Juan Delgado y Lacret, Santo Suárez.

Los estudiantes que finalizan 9no. grado, tanto hembras como varones, tienen la oportunidad de presentarse a una prueba de aptitud para ingresar en la escuela y recibir los contenidos de Historia de la Danza, Historia de la Música, Historia del Arte y las materias de la especialidad, entre ellas ballet, danzas contemporánea y clásica, folclor, danzas regionales, flamenco, composición coreográfica y otras, además de las asignaturas básicas del preuniversitario.

Tienen la oportunidad de contar con un programa de estudio muy amplio. En mis inicios yo no tuve esta suerte. Fue más tarde que entré en la Escuela de Ballet y luego en el Conservatorio en España. Al regresar a Cuba lo primero que hice fue poner a disposición de mi país todo lo que había aprendido y transmitirlo a nuestras coreografías. Gran parte de nuestro repertorio está inspirado en esas experiencias vividas durante mi carrera.

Esa es la escuela, ese es el taller que ahora mismo llega al Festival. El objetivo es que la gente sepa cómo se baila actualmente, que conozca que la danza española no es solo flamenco, que hay otras especialidades dentro de la misma que están en extinción y debemos salvar. Decimos que es muy importante proteger el planeta, pero también es imprescindible salvaguardar las culturas, que nos mantienen vivos en las tradiciones.

¿Tendremos la oportunidad de verlo bailar en una de estas galas como lo hizo en el Generalife?

Sí. ¡Si Dios quiere! El sábado 11 en la Sala García Lorca a las 8:30 p.m., durante la penúltima gala del Festival, estaremos estrenando las “Siete canciones populares españolas” de Falla, acompañado del Ballet Español, del maestro Molina y de Bárbara Llanes. Lo que más deseo es complacer a todos aquellos que siempre me preguntan cuándo volveré a bailar, así como probarme a mí mismo. ¡Bailar a mis 53 años!

En las propias coreografías que se presentarán tengo la idea de interpretar esa música tan bella, utilizando algún elemento como el mantón, las castañuelas, y compartiendo escena en algún momento con los bailarines del Ballet Español. ¡Voy a divertirme! En esa sala ha transcurrido toda mi carrera.

¿Por qué han transcurrido 30 años para organizar un Festival como este? ¿Por qué ahora?

Hace muchos años algunos me preguntaban por qué no hacía yo un festival. Todo en la vida tiene su momento. Pasé mucho tiempo como director del festival artístico La Huella de España, un evento donde se trabaja muy duro y estuve involucrado en otras tareas que consumían demasiado esfuerzo. Ahora, al cumplirse los 30 años, qué mejor momento para celebrar. Quizás, si el Festival se hubiera llevado a cabo antes, no habríamos contado con la experiencia que poseemos hoy.

Llegamos de Granada el 28 de agosto. El ciclón devastó nuestra sede y debimos trabajar muchísimo. Sin embargo, en 15 días hemos cumplido con una compleja programación y con la publicidad que conlleva un evento como este. Para ello contamos con el apoyo de muchos.

La madurez nos hace. Enfrentaremos este nuevo reto. Será un Festival anhelado por muchos. ¡Este es el momento!

¿Dónde radican los componentes originales de un ballet español bailado por cubanos?

Es muy interesante. El cubano se mueve con todo el cuerpo. Ahí tenemos el primer problema, ya que todas las danzas trabajan con el peso del cuerpo. Pero aquí, aparte del peso, se mueven las caderas, la cintura, los hombros, la cabeza... Es realmente un ritmo inevitable, se trata de la personalidad de nuestro ballet. La bailarina que hizo en España “Trinidad”, como una guajira flamenca, enamoró al público con la cadencia de sus caderas. El muchacho que interpretó al Negro Bembón también provocó el mismo efecto.

La sensualidad nuestra al movernos nos distingue de Europa. Ahí está la esencia de nuestra danza española: el ritmo, la gracia y simpatía del cubano.

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