La casa de los escritores avileños Lina Leiva y Larry Morales, en el municipio de Morón, es desde el 2002 un espacio compartido de un número de amigos multiplicado con creces, desde que crearon allí la Fundación Nicolás Guillén, donde las manifestaciones artísticas se entrecruzan y logran un ámbito cultural propicio para públicos diversos.
Con una cartelera semanal bien nutrida, en ese hogar devenido punto de encuentro, se reúnen músicos, poetas, pintores y niños y jóvenes interesados en descubrir las propuestas de sus anfitriones.
Seis proyectos socioculturales son los platos fuertes del trabajo de esta institución, la cual, además, se convierte en sede de eventos con escenarios principales en la ciudad cabecera provincial y que, logística y transporte mediante, logran extenderse hasta otras localidades del territorio.
Estoy poniendo la hamaca resulta la más longeva de esas peñas habituales. Su nombre proviene de un poema de Lina, con el que obtuvo el Premio Nacional de Talleres Literarios en 2002-2003.
Han aceptado la invitación para dialogar en este espacio un nutrido grupo de intelectuales como Miguel Barnet, María Dolores Ortiz, Eduardo Torres Cuevas y el premio Nacional de Artes Plásticas, Nelson Domínguez, quien dejó como regalo hace pocos meses una pintura con la imagen de Fidel Castro, que adorna una de las paredes del plantel.
Larry habla con emoción sobre el obsequio: “Un día que estaba de recorrido espontáneamente nos pidió un espacio para hacer un dibujo y lo que comenzó como unos trazos al carbón es ahora una pintura de un Fidel quijotesco en grandes proporciones.”
Barcas de Cristal (homónimo de un libro de Lina) es el apelativo de otro de los encuentros que forman parte de la agenda de la institución. En ellos se intercambia sobre conocimientos de diferentes ámbitos, se comparten los escritos de los participantes, pues uno de sus motivos esenciales es impulsar la creatividad literaria y también se habla sobre las artes visuales.
Para honrar el nombre y la memoria del Poeta Nacional surgió el proyecto Conozcamos a Guillén, a través del cual se redescubren su vida y obra en círculos de interés en las escuelas y ha llegado, igualmente, a las áreas de extensión universitaria con talleres y conferencias.
El recuerdo de las tradiciones haitianas, fuertemente arraigadas en algunas zonas de Ciego de Ávila, es otro proyecto que desarrollan en la comunidad de Tuero: Yambambó, donde se habla creole y se dan cursos para los interesados, se elaboran platos típicos y se confeccionan manualidades, entre otras actividades.
La música constituye otra de las variantes del arte que potencian con la peña de trova los últimos sábados de cada mes, dirigida por Lázaro Rojas y Lien Piloto.
Han incursionado también en el audiovisual para atesorar archivos que recogen las memorias de sus múltiples acercamientos a la cultura nacional.
La Fundación Nicolás Guillén es sitio de obligada mención cuando se habla de Ciego y los lugares donde el panorama contemporáneo intelectual y popular convergen para dinamizar la rutina y alejarnos de la ignorancia.
