Fuente: Cubarte
Para establecer un intercambio y teorizar acerca de temas relacionados con la narrativa cubana contemporánea, se desarrolló el II Coloquio Nacional de Narrativa del 4 al 6 de abril en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Este evento bienal que coordina la Asociación de Escritores de la Uneac, se dedicó al poeta, narrador y promotor cubano Pedro Antonio López Cerviño, creador del programa televisivo Para leer mañana, y a José Ramón (Pepe) Fajardo, autor del libro Nosotros vivimos en el submarino amarillo. De igual modo, se rindió homenaje al Día Mundial del Idioma Español. Con estos pretextos, confluyeron narradores de diez provincias.
Interesantes temáticas como “Los novísimos escritores cubanos y la narrativa del siglo XXI”, “Retos de la novela cubana actual” y “Cómo se ve la literatura cubana en el mundo”, fueron debatidas en las jornadas del coloquio. Entre los autores participantes destacaron Pedro Juan Gutiérrez, Mirta Yáñez, Marilyn Bobes, Laidi Fernández de Juan, Eduardo del Llano, Alberto Marrero y Emerio Medina.
En declaraciones al Periódico Cubarte, Alberto Guerra Naranjo, presidente de la Sección de Narrativa de la Asociación de Escritores puntualizó que “ante las crisis existentes, el escritor tiene esa lamparita en el bolsillo que es la capacidad de crear mundos a través de las palabras”. Además, destacó el ímpetu que ofrecen a la Asociación las jóvenes y talentosas escritoras Dazra Novak y Malena Rodríguez, así como el grupo Ariete, dirigido por Raúl Aguiar. “El verdadero coloquio es cuando terminan las sesiones en la Uneac y nos vamos a un parque a continuarlo. Es una vinculación de carne y hueso entre las generaciones de escritores cubanos”, puntualizó.
Por otro lado, el narrador espirituano Antonio Rodríguez Salvador, más conocido como Chichito, enfatizó que “este contacto cara a cara es muy necesario, para ver qué están haciendo mis colegas y para actualizarnos. La literatura no es un tratado científico, no es una mecánica de la vida. La literatura es algo muy sutil que solo se trasmite desde la complicidad. Es también un motivo para pensar como grupo porque este es un movimiento que en el caso de la narrativa empezó en los noventa. Creo que falta por conceptualizar este fenómeno, ver cómo llegamos aquí, cómo logramos hacer un movimiento con determinados presupuestos estéticos que nos hacen diferentes de la generación anterior y posterior. Ahora se vive la generación del ritmo, de la levedad, puedes hablar de cosas pesadas, pero debes hacerlo ligero para el lector y hacer que este cree su propio mundo porque sin el lector la obra no existe”.
