Teatro. Sociedad. Resistencia es el motivo que reúne por estos días en la capital cubana a compañías teatrales de varios países. Teatro Sur es una de ellas, que llegó desde Chile muy atinada a participar en la fiesta de las tablas.
“Hacemos teatro político, de convicción, de resistencia, donde tratamos de ejercer microcambios para conmover al espectador y hacerlo reflexionar”. Así lo declaró a la prensa la productora María Jesús González, horas antes de la presentación de la obra Inúlites, como parte del programa del 17 Festival Internacional de Teatro de La Habana.
La puesta en escena surge como una idea para desenmascarar a una clase política dirigente. La obra, considerada por el Círculo de Críticos de Chile como Mejor, el pasado año, toma un montón de historias y hace una revisión de ellas. El director y los actores en su conjunto se preguntan sobre nuestra construcción histórica, reflexionan en torno a ella y crean nuevos paradigmas que no coinciden con la historia que contaron, señaló.
“El nexo político y el sentir vinculados directamente con la historia de Cuba es la principal motivación de venir acá y poder establecer un intercambio con los trabajos de gran calidad artística que aquí se hacen”, agregó.
Motivada por el hecho de que vale la pena ver la obra, llegué al teatro Hubert de Blanck. Sin duda, después de 1.20 minutos de presentación me di cuenta que sin conocer Chile, la elegante actuación de reconocidos autores como Tito Bustamante (Mejor Actuación del 2016), Tamara Ferreira, Nicolás Pavez, Guilherme Sepúlveda, Tomás Henríquez y Orlando Alfaro, dirigidos por Ernesto Orellana, me llevaron a dar una mirada a la identidad e historia de ese país suramericano.
Resulta que una noticia inesperada cambia los planes de una familia aristócrata reunida en una “Cena de acción de gracias”, en el lugar conocido como “La Frontera”, en medio de los bosques al sur del Reino de Chile. Los sirvientes indígenas se fugan. Caen las máscaras, surgen deseos, secretos, y llegan las predicciones sobre el fin del mundo, y la noche terminará convirtiéndose en una Junta que hasta el día de hoy perdura.
Bajo este cruel contexto la compañía Teatro Sur pone en escena una sátira política ambientada en los inicios de la República (siglo XVIII). Los intentos del país que se prepara en medio de una guerra milenaria levantan las sospechas de un nuevo orden cultural que hasta el día de hoy perdura. Sátira política delirante e irónica que desenmascara la existencia histórica del racismo contra el Pueblo Mapuche en Chile, a partir de la construcción autoritaria de la patria, sus instituciones y élites.
Inútiles, al decir de la crítica especializada, “se entromete en la existencia histórica del racismo en Chile. Se trata de una comedia delirante e irónica, que revisa la violencia clasista del presente, en una puesta en escena contemporánea que observa cómo se han ido construyendo culturalmente y en qué han llegado a convertirse, inútilmente”.
Estos argumentos los pude corroborar durante la función cuando escuché a Juan Pablo y Felipe (chilenos) decir que Inútiles “es una escena cuestionadora de verdaderas pesadillas chilenas, que recrean y nos hacen reír de nuestros propios males”, al tiempo que me aseguran que “esto que nos han contado no es tal verdad, también hay un poco de mentira”.
Teatro Sur surge en el año 2011, con el deseo de iniciar un proceso de cooperación, investigación y creación artística entre distintos creadores que piensan y se encuentran en la escena con fines críticos. Es una compañía que combina la creación contemporánea y la docencia. Su teatro invita a pensarnos como sociedad en crisis, sensibilizándonos, provocándonos y transgrediéndonos. Su reflexión se sitúa y practica desde Chile como contexto específico: su historia, cicatrices, fantasmas, conflictos y contradicciones.
