Imagen cuba

Iyerosun o la rumba como espectáculo

Pin It
Valorar
0 of 5 - 0 votes
Thank you for rating this article.

Iyerosun o la rumba como espectáculo



Por Miguel Barnet

Fuente: Granma Digital

La fidelidad o pureza en la ejecución de los géneros musicales no existe. Esto puede acarrear polémicas, pero a lo largo de la historia de la música cubana se ha comprobado que cada uno ejecuta su música como la siente o la acomoda al ritmo de los tiempos. Hay géneros como el son o la rumba,  para solo poner dos ejemplos cubanos, cubanísimos, que muestran la ductilidad e hibridez de los mismos según el momento histórico en que se producen. Con la rumba, particularmente, esto es un patrón común: Aquella llamada Rumba del tiempo de España o rumba de cajón,  de cajas de bacalao y cajitas de velas;  se ha enriquecido con nuevos elementos instrumentales y variantes expresivas.

Hoy en Cuba contamos con un rico arsenal de grupos de rumba híbridos en todo el país. Cada uno de ellos tiene su sello de identidad, aunque conservan vivas las variantes básicas del género; es decir,  el guaguancó, la columbia o el yambú. El instrumental se ha perfeccionado y las coreografías  de esta expresión de canto y baile, lo mismo. No todos los rumberos son portadores del virtuosismo de los clásicos, pienso en Chano Pozo, Pancho Quinto, Juan de Dios, el Goyo o Manuela Alonso en la columbia por solo mencionar los más conocidos. Unos como ejecutantes de la percusión, otros como cantantes y otros como bailadores. La rumba se nutrió de elementos congos del Palo Monte o de los abakuá de origen carabalí y de los cantos litúrgicos de origen yoruba. Hoy,  repito, la rumba adquirió con la declaratoria de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, categoría universal y patente de corso. Grupos históricos  como Clave y Guaguancó, Los Papines, Yoruba Andabo, Los Muñequitos de Matanzas, Afrocuba y Rumberos de Cuba, entre otros, han dejado ya una huella profunda en nuestra vida cultural.

Y son admirados no solo en Cuba sino en muchos lugares del planeta.

Pero me voy a detener ahora en una de esas agrupaciones que últimamente ha adquirido resonancia popular y solera artística. Quiero destacar el trabajo de Iyerosun, conjunto artístico dirigido por Millo –Esmidio Merencio, premio Timbalaye-, que siguiendo la tradición de las agrupaciones rumberas se han trasmutado en un espectáculo de probada calidad folklórica, donde los cantos del Oru lucumí y los bailes de los diablitos –iremes– abakuá exhiben con profesionalismo y raíz cubana sus dotes más notables y excelsas.

En reciente audición televisiva pude ver y escuchar la rumba dedicada a nuestro Comandante en Jefe, compuesta por Gustavo Cabañas e interpretada por Iyerosun y la voz sonora y resonante del gran Tatá;  uno de sus solistas más destacados.

Iyerosun representa esa variante híbrida, hoy ya habitual en el espectáculo folklórico; que acompañada de lo más puro de la rumba,  se ha convertido en una moda, o mejor dicho en un modo de hacer música popular para todos los públicos, porque los tiempos tienen siempre la última palabra. Y que así sea.

Redes sociales  

Facebook

Youtube