Fuente: Granma Digital
La nueva generación de Los Papines honrará a los fundadores de la formación durante un concierto que tendrá lugar el próximo sábado 19, a las 7:00 p.m., en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
Puente entre los que dieron pie a la leyenda, Ricardo (Papín), Luis y Alfredo, y los jóvenes que ahora mismo defienden la continuidad de la saga familiar, Jesús Abreu, el menor de Los Papines originales y director actual del colectivo, declaró sentir orgullo por la pasión y autenticidad con que estos últimos asumen un legado forjado hace más de cinco décadas.
El concierto acompañará la presentación del fonograma Rumbeando a mi manera (Egrem), que reúne dos discos —uno con registros de archivo interpretados por el cuarteto que comenzó su andadura en 1963, y otro grabado meses atrás por la casa discográfica por Los Papines de hoy.
Entre los títulos que recoge la primera entrega destacan Recuerdo a Matanzas, Mi quinto, Un Bele Bele, Tu olvido, Tambores felices, La historia de un rumbero, y Yo soy cubano.
El segundo compacto, ejecutado por Yuliet, Luis Alberto, Lázaro Jesús, Ángel de Jesús y Alexander, con Jesús Abreu al frente de la dinastía, contiene, entre otros, las piezas En el balcón aquel, A que tú no sabes, La china linda, Recoge la ropa y vete y Abriendo caminos.
La entrega se completa con un cuaderno que resume la historia y la recepción crítica dentro y fuera de Cuba del fenómeno Papines, debido a una investigación en la que intervinieron el músico español Javier Gras y la ensayista Rosa Marquetti. Por demás, la sesión sabatina será filmada para dejar testimonio del sonido contemporáneo del colectivo.
Si descontamos el antecedente del registro que Papín y sus Rumberos compartieron con Guaguancó Matancero, luego Los Muñequitos de Matanzas, la discografía básica de
Los Papines consiste en ocho álbumes, aunque habrá que contar, además, con reediciones en diferentes soportes, colaboraciones en otros fonogramas, compilaciones, y grabaciones en vivo en el exterior.
Desde la primera grabación, el cuarteto se insertó, con fidelidad, en el catálogo de la casa cubana Egrem y su sello Areíto y mantuvo una línea de trabajo coherente y consecuente con su proyección estética.
