Los músicos cubanos cuentan hoy con un nuevo escenario en la capital del país que la joven cantante Luna Manzanares inauguró con la dulzura y potencia de su voz cristalina.
Esta talentosa artista fue la elegida por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem) -sello discográfico más relevante de Cuba- para abrir la víspera la Casa de la Música ubicada en el recién abierto Centro Cultural La Plaza de 31 y 2.
La institución ofrece un cine-teatro, un piano-bar, una sala de apreciación de las artes visuales, una tienda de productos culturales, una librería, y de jueves a domingo una Casa de la Música a cuyo escenario subirán valiosos exponentes de disímiles géneros: jazz, trova, rumba, pop, salsa, entre otros.
Manzanares regaló agradables temas de la autoría de Descemer Bueno como Tengo que partir, Solo tú, y Nada mejor, una obra que rítmicamente coquetea con el reggae mientras la letra aconseja de manera contagiosa: "Nada más bonito que un día tras de otro".
Las tres canciones integran el primer disco de la cantante que en mayo anterior grabó un clásico de la trova tradicional cubana junto a la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, y que ahora se prepara para brindar una serie de conciertos en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
Ternura, gracia, sentimiento, nostalgias afloraron cuando interpretó Habáname, de Carlos Varela, considerada por la artista una de las odas más lindas hechas a su ciudad natal, La Habana.
Una vez más, Manzanares probó su poderoso timbre vocal en El primer amor, de Pablo Milanés, y en la siempre efectiva On the Radio, de Donna Summer.
De la altivez y el idioma inglés, pasó al portugués y la sensualidad del popular Balancê, de Sara Tavares.
También, la artista hechizó al público con la lírica de Casualidad, del cubano Osmani Collado; con un canto a Ochún (deidad de la religión afrocubana), compuesto por ella misma; y cerró el concierto con un tema que el fallecido maestro Juan Formell le compuso expresamente, La fantasía.
La iniciativa de tan eminente músico y fundador de la orquesta Los Van Van premió un talento que deja la impresión de guardar más de lo que exhibe, pese a mostrar con oportuna elegancia y fineza, muchísimo.
