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Narlan Matos: «Yo creo que hoy la poesía es la única cosa que puede salvar a los hombres»

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Narlan Matos: «Yo creo que hoy la poesía es la única cosa que puede salvar a los hombres»

Por Susana Méndez Muñoz

Fuente: Cubarte

El poeta brasileño, residente en Estados Unidos Narlan Matos es uno de los organizadores de la delegación de esa nación que participó en el recientemente culminado Festival de Poesía Itinerante Nuestra América, que sesionó en La Habana desde el día 9 de julio.

Matos escribe poesía desde los 21 años; su segundo libro, No acampamento das sombras(En el campamento de las sombras), le valió su primer reconocimiento nacional, el Premio Xerox de Literatura Brasileña, del año 2000.

Su siguiente cuaderno de poesía Elegia ao novo mundo (Elegía al nuevo mundo), fue señalado para el Premio Internacional Portugal Telecom.

Sus poemas se han publicado en varios idiomas, incluyendo esloveno, español, italiano, vietnamita, chino, croata, lituano, japonés, inglés, español, sueco e hindi. Recientemente, al conmemorar sus veinte años de labor literaria, se Publio unaantología de su obra poética completa en Eslovenia, Japón, Italia y España.



El poeta ha obtenido la maestría por la Universidad de Nuevo México y el doctorado por la Universidad de Illinois at Urbana Champaign.

Matos conversó con el periódico Cubarte y brindó valoraciones del evento, del mundo actual, de la poesía, a la que considera salvadora del hombre y reveló la razón primera de su viaje a Cuba; al respecto nos dice:

La verdad es que venir a Cuba es un sueño de mi padre. Yo crecí en Brasil; a mi padre le gustaba mucho la música cubana, no sé por qué, porque estamos lejos, pero los boleros cubanos de los años 40 y 50 fueron muy populares allí y yo crecí oyendo hablar de esta Isla, oyendo su música.

Mi padre siempre decía que le gustaría un día viajar a Cuba; murió en 2009 sin tener la oportunidad de venir, entonces puedo decirte que en lo personal, este es el viaje de un hijo realizando el sueño de su padre.

Por esta razón yo siempre pensé en venir a Cuba de una manera individual pero no conocía a nadie acá; finalmente un amigo poeta de Eslovenia me pasó el contacto del también poeta cubano Pierre Bernet, organizador del evento, que era lo que yo necesitaba y Pierre fue la persona perfecta.

Tuvimos una conexión muy fuerte desde el principio; cuando le dije que mi interés era traer una delegación de poetas estadounidenses él me dijo que lo organizaríamos; esto fue en septiembre del año pasado y al principio yo pensaba que vendríamos un par de días, que el programa sería sencillo, pero ahora hemos tenido una gran programación.

También creí que traería un grupo sencillo, pero de repente yo tenía una lista de muchos escritores famosos de Estados Unidos, entre ellos Robert Hass, que está aquí. Algunos no pudieron venir por circunstancias mayores pero todos tenían la voluntad y los deseos.

Cuando en Estados Unidos se supo que veníamos, varias personas, entre ellos poetas reconocidos, se me acercaron con el interés de, en el futuro, constituir otras delegaciones y venir acá. Yo tendré mucho placer en organizar nuevas visitas Mis amigos me llaman «Naciones Unidas», porque vivo conectando personas que no se conocen, facilitando contactos; es algo que hago naturalmente. Mira, yo intenté ser diplomático, pero me suspendieron en la aplicación, sin embargo hago labor de diplomático para la cultura y la poesía.

Somos un grupo de diez poetas y es un placer grandísimo; me gustaría agradecer por la acogida, por aceptar nuestra visita y debo decir que estamos muy felices porque el pueblo cubano nos ha recibiendo de brazos abiertos.

La mayoría de los que me acompañan traían intereses literarios pero también los deseos de conocer el país, su gente y su cultura en general.

¿Tenían, antes del viaje, referentes de la literatura cubana?

Sí, todos tienen sus preferencias; a mí en lo particular los poetas que más me han influenciado son José Martí y Nicolás Guillén, pero este viaje también ha tenido el propósito de poder acercarnos a los poetas cubanos contemporáneos, con los que hemos compartido nuestras obras.

Esta es una Isla de poetas; es impresionante que haya producido tantos buenos poetas, muchos de los que he oído son impresionantes y lo que me ha dejado muy triste es que muchos no son conocidos en el exterior a pesar de tener obras de tanta calidad que podrían ser traducidas a otros idiomas y leídas en otros países.

Eso es algo que hemos estado haciendo en el evento; hay muchos traductores, hemos hecho traducciones y esperamos apoyar la edición de una selección de la obra de poetas cubanos; conozco editores importantes en Estados Unidos que están interesados; por mi parte estoy tratando de hacer conexiones en Brasil con este propósito.

¿Qué ha sido, en su opinión, este festival?

Una mesa de fraternidad entre los hombres, en un momento histórico en que el hombre está odiando, matando, mucho más de lo que comúnmente ha hecho; en un momento en que los países están construyendo muros muy altos, en el que las fronteras están siendo reforzadas, nosotros estamos acá construyendo una fraternidad de amigos.

El sentimiento que ha primado en este festival es de amor, de concordia, de fraternidad, de libertad, es casi la Revolución Francesa, pero sin guillotinas, porque aquí mandan los poetas y los poetas no usan la guillotina.

A todos los que me acompañan les ha encantado La Habana, están muy impresionados, se están llevando una muy buena imagen de la Isla y de la importancia de lo que estamos haciendo acá, para todo el mundo, porque vivimos una época de odios, separaciones, refugiados; estamos viviendo una encrucijada histórica de muchos problemas mayores y quizás el más grande que la humanidad ha padecido hasta hoy que es el cambio climático, que yo creo que más bien es una locura climática y este planeta es nuestra única casa, la única que tenemos, no tenemos a donde ir.

Este festival ha sido sueño, casi un renacimiento; yo espero que este espíritu se expanda y que otros poetas, no solo de Estados Unidos, vengan, porque los poetas tenemos una responsabilidad histórica, desde la antigua Grecia— en estos días yo he pensado mucho en Grecia por la cantidad de columnas griegas que he visto en La Habana, como aquí, en la casa de la UNEAC.

Yo nunca he estado en un país donde un poeta sea amado como aman los cubanos a Martí, donde las personas lo conocen, lo llevan en su corazón, en su piel, en su cabeza; creo que solo en la Grecia antigua se encontraría algo así. Martí aquí ocupa un lugar muy alto, aquí, en el Turquino ¿no?

Este espíritu ya casi no se ve en el mundo; yo me siento como dentro de una fábula.

¿Cuál es para usted hoy esa responsabilidad histórica de los poetas?

Es una gran responsabilidad porque yo creo que hoy la poesía es la única cosa que puede salvar a los hombres del abismo, de la falta de amor, de comunicación, de compasión, de clemencia, de tolerancia que es un problema muy serio en el mundo; la poesía puede enseñar muchas cosas: tus amigos no tienen que pensar como tú para ser tus amigos, hay que respetar las diferencias, en todas partes del planeta.

Al final de la conversación Narlan nos dijo que hoy 15 de julio, día de la clausura del Festival de Poesía Itinerante Nuestra América, es su cumpleaños 42:« Este festival es un regalo que me ha hecho esta Isla por mi cumpleaños; estoy seguro que mi padre desde el cielo, está cantando boleros cubanos».

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