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Rumba cubana: honor a quien lo merece

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Rumba cubana: honor a quien lo merece




Por Daimarelys Pérez

Fuente:Prensa Latina

La rumba como auténtica expresión de las tradiciones en Cuba vive hoy con orgullo su inserción, aún reciente, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, mientras celebra una nueva edición del Festival Internacional Timbalaye.

Mezcla de baile, música y todas las prácticas culturales inherentes a su ejecución, la rumba exalta por estos días de agosto la profunda raíz africana de la cual es hija fidedigna, en aras de realzar un estrato de la sociedad y su identidad, como símbolos de la transculturación referida por el etnólogo cubano Don Fernando Ortiz.

Tras conversar con varios miembros del Comité organizador de la novena edición del evento, Prensa Latina recogió declaraciones exclusivas de la Directora Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y representante de ese sector en América Latina y El Caribe, Katherine Müller-Marin.

La funcionaria explicó que el Comité Intergubernamental de la Unesco, reunido en la capital de Etiopía, Addis Abeba, aprobó entre noviembre y diciembre de 2016 un total de 17 inscripciones en la lista, sin embargo, antes de decidir quienes integran cada año la nómina es necesario cumplir con ciertos requerimientos.

Para inscribir un elemento a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad se tienen en cuenta: una profunda investigación, una justificación y un análisis de los valores atesorados por ese elemento a diferencia de otras expresiones, destacó Müller-Marin.

Debido a su diversidad y naturaleza integradora, la rumba se convierte en una expresión de amplio alcance social, añadió.

También debe ser única y, a la vez, constar de planes que aseguren su continuidad, y obviamente, al hablar de ese tipo de cultura nos referimos a un componente que prospera con el tiempo, el cual no es un objeto de museo, ni algo rígido, sino una cuestión viva, subrayó.

En este caso, la rumba es un elemento de orgullo, de historia; es expresión de evolución, de forma de contar las cosas, de unir el baile con la canción, con el ritmo; yo estoy muy contenta de que el género haya sido inscrito y de participar en este certamen, porque él es un acontecimiento masivo, remarcó la visitante.

La rumba es hacedora de puentes entre los pueblos, une a estos y elimina fronteras, y al decir de la especialista de la Unesco, esa expresión artística no tiene edad ni locación geográfica.

Quien oye los acordes de la rumba tiene que moverse, involucrarse, tiene que empezar a bailar, pero no solo es vibrar con la música y con la danza, sino saber sus orígenes, conocer el camino que llevó a que esa manifestación cultural se percibiera y tuviera participación, por tanto, lleva un peso histórico muy importante, concluyó Müller-Marin.

El ritmo en sí es un espectáculo: mixtura entre música, teatralidad, mimos; es espíritu de resistencia y autoestima; es instrumento de sociabilidad en las comunidades que lo practican y abarca un lenguaje corporal específico, entre palmadas, cánticos y formas verbales y gestuales de comunicación.

Hasta los instrumentos de percusión y utensilios domésticos adoptados por los rumberos integran holísticamente esta práctica y su estado se presenta hoy óptimo, tal como lo dejaron saber los organizadores del evento.

La vicepresidenta de la Promotora Cultural Timbalaye, Irma Castillo, de igual modo ofreció declaraciones a Prensa Latina y expuso las emociones de todos aquellos que de una u otra forma sienten la rumba.

Podemos decir que es un patrimonio vivo y nosotros los cubanos estamos conscientes de ello, pero su trascendencia internacional sale a la luz precisamente porque fuera de Cuba también este género se canta, se baila y se toca, expresó la especialista.

Nosotros llevamos más de 20 años con una escuela en Roma, pero existen rumberos en toda la península itálica, en Francia, Suecia, Alemania, y es por eso que afirmamos que la rumba goza de una vitalidad inmensa.

Como preámbulo del Festival Internacional de la Rumba Cubana se escogió al municipio habanero de Regla para romper la cinta e inaugurar el evento que reunirá hasta el 1 de septiembre a los mejores y más expertos exponentes en la materia.

Timbalaye siempre ha ido refrescando la memoria de la historia cultural, en 2011 por ejemplo, celebramos con la Unesco el año de los afrodescendientes, recordó Castillo.

Al hablar de rumba es imprescindible narrar ese proceso de transculturación formado a partir de todos los grupos étnicos que llegaron aquí debido a la trata de esclavos y a través de la bahía de La Habana; de aquellos despojados de todo atuendo físico, pero cargados espiritualmente de mucha riqueza, agregó.

En Regla hay un sentido de pertenencia de toda esta cultura, la práctica rumbera en ese territorio es muy fuerte, quiere decir que allí nosotros podemos concentrar en un único evento historia, tradición, continuidad y vitalidad de la rumba cubana, finalizó Irma Castillo.

Tan especial acontecimiento artístico dedica esta novena edición de "La Ruta de la Rumba", al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, en ocasión del 91 aniversario de su natalicio y por haber sido el máximo impulsor de la cultura en esta nación.

La rumba cubana es además, expresión del patrimonio oral de la humanidad, donde coinciden armónicamente tradición y contemporaneidad, según lo valorado por el Comité Intergubernamental de la Unesco.

EN BUSCA DE LA HUELLA ANCESTRAL

Surgida en las barriadas urbanas pobres de Cuba durante el siglo XIX, la rumba posee raíces africanas, aunque también coexisten en ella determinados elementos característicos de la idiosincrasia del área de Las Antillas, más el flamenco español.

En esa combinación de ritmos sobresalen la gracia, sensualidad de los bailes y cantos, y la alegría que transmite, la cual conecta a muchas personas, independientemente del género, credo, situación social o geográfica.

Considerada la madre de numerosos bailes latinos como la salsa, esta manifestación artística se interpreta en pareja o solo, sus bailadores danzan al compás de la clave en el instante en que trasmiten patrones rítmicos muy específicos, como el chancleteo o el movimiento de caderas y pelvis que reproduce uno de los tambores.

Los instrumentos musicales todos son de percusión, sus principales son tres llamados tumbadoras y la melodía en este género cubano la llevan los cantantes.

En Cuba se conoce como rumba tanto a una familia de ritmos musicales, como a un estilo de danza, y existen de ella tres tipos: el yambú y la columbia, de la provincia de Matanzas, y el guaguancó, de las ciudadelas de La Habana.

Todos bailamos al escuchar la sensual cadencia de la rumba; o para decirlo en jerga callejera: todos somos proclives a sonar la chancleta ante este símbolo de la nación cubana.


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