Imagen cuba

Haití, contar tus maravillas

Pin It
Valorar
0 of 5 - 0 votes
Thank you for rating this article.

Haití, contar tus maravillas

Por Madeleine Sautié

Foto: Juvenal Balán

Fuente: Granma Digital

Hay libros con un gran mérito y también los hay con muchos. Al segundo grupo pertenece, sin duda, Haití, despertar de la muerte, de la periodista Amelia Duarte de la Rosa,  volumen en el que se recogen las más de 50 crónicas que la joven corresponsal publicara en Granma, desde  diciembre del 2011 y durante un año, fecha que marca su llegada a la pequeña nación. Fresca aún estaba la huella del horrendo terremoto que la azotara en el 2010; sin embargo, mucho más que dolor y grisuras halló la autora en esa tierra, hermana de la nuestra.

De esas virtudes dieron amplia fe las periodistas y escritoras  Marilyn Bobes y Marta Rojas, en la presentación del volumen –con sello de la Editora Política– que tuvo lugar en la más reciente edición del espacio Sábado del Libro.

Como el más completo y el que mejor ilustra la nación haitiana, casi siempre «tratada de manera superficial en la prensa cubana, tal vez porque le faltaba esa relación de amor que la autora establece con el objeto de sus crónicas y reportajes» y contentivo del alma del país, calificó Bobes el texto, en el que reconoció, además, la unidad imprescindible de elementos –historia, cultura, aportes solidarios de Cuba, falso apoyo internacional, geografía, fibra humana–  tomados en cuenta para mostrar las honduras de ese Haití querido y desconocido que se devela, sin que falte la imparcialidad de la información, «en una amalgama digna de una novela».

La presentadora habló de  páginas memorables que ayudan a mirar a esa isla del Caribe «como no la veíamos antes de que Amelia decidiera construir su verdadero rostro,  algo difuminado en las frías noticias de sus sinsabores».

Esperanzada con que la autora «salte»  del periodismo a la literatura, para contar historias pendientes, arrancó Rojas, quien se detuvo en los valores de Haití como el primer territorio de Nuestra América que «borró la esclavitud con los mismos esclavos y venció al colonialismo frente a tropas de Napoleón Bonaparte», para después acoger a Simón Bolívar y ayudarlo a reemprender la independencia.

Para Rojas, una de las prologuistas del libro, estas crónicas –«periodismo raigal de la mejor factura»– constituyen un fresco tan bello como profundo y emocionante donde el drama se combina con el folclor, la política con la naturaleza, la muerte con la vida, la historia con el presente.

Como lo hiciera Alejo Carpentier –referenciado en varios momentos de la presentación y en el propio libro–,  dijo que Amelia visitó Haití con pupila periodística, y le hizo un retrato.

Del gran afecto que siente por el pueblo haitiano habló Amelia, quien lejos de los estigmas que llueven sobre el país –al que se le niega el piropo  y la alabanza–  lo considera hermoso. «Escribí estas crónicas con mucha objetividad, pero también con mucha ternura. Haití me inspira. Siempre tuve como premisa no retratar un país feo ni triste como suele hacerse. Quise encontrar un poco más. Su cultura, su historia, su gente», dijo, y celebró el alto nivel humanitario de la Brigada Médica Cubana, protagonista en no pocos de sus escritos.

Probablemente hoy, al releer estas páginas que Cuba entera leyó emocionada, su autora se pregunte si fue ella quien las escribió. Comprometida con el trabajo, y poseída por una sensibilidad a toda prueba, harto demostrada en sus reportes, tal vez no advirtió entonces que con cada escrito iba retocando el semblante ajado de Haití ante el mundo, para devolverle una lozanía, que sin esconder las imperfecciones de siglos de avatares, hacen justicia a la nación valerosa que ocupa el lugar cimero de las revoluciones de Nuestra América contra el coloniaje.

No faltó quien le dijera, antes de partir a esas tierras, que de Haití todo estaba escrito.  Pero ella  buscó en la realidad la hermosura y  (se) encontró. Porque después de Haití también ella es otra. El hallazgo es vida desperezada y está en un libro, donde Haití, maravilloso y único, reverdece.

Redes sociales  

Facebook

Youtube