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Homenaje a Martí y a Fidel… entre adoquines

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Homenaje a Martí y a Fidel… entre adoquines

PorMarina Menéndez Quintero

Fuente: Juventud Rebelde

Porque Martí fue el primero que habló a los niños acerca del teatro guiñol en su revista La Edad de Oro, y porque creció entre las calles empedradas de la parte vieja de la capital, a él estará dedicada la clausura de la 1ra Jornada Habana titiritera. Figuras entre adoquines, que será este domingo 13 de agosto como homenaje a Fidel en su cumpleaños 91.

Veintisiete espectáculos en siete días ha propiciado este festival, una iniciativa del grupo de teatro La Proa con el apoyo del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, la dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Asociación Hermanos Saíz(AHS) y el Centro de Teatro de La Habana.

«Sin el respaldo de esas cuatro instituciones, este festival no habría sido posible», comentó a JR Arneldy Cejas Herrera, actor y director artístico de La Proa y de la Jornada, quien también dio a conocer el atractivo y muy especial programa concebido para el cierre, el domingo, pensando en el Comandante en Jefe.



¿Cómo homenajearlo mejor que llevando a las tablas las enseñanzas que dejaron a los niños las obras de Martí? Por eso comienzan ese día las funciones en la casa natal del Maestro, a las 10:00 a.m. con la obra Los dos ruiseñores, a cargo de Teatro Escambray; una hora después, con reposición a las de la tarde, el Museo de Arte Colonial acogerá a la compañía Okantomí y Bebé y el señor Don Pomposo.

El príncipe de los colibríes, una versión del cuento Meñique, será escenificado en La Madriguera a las 11:00 a.m., y cierran las presentaciones en el legendario Teatro Martí, a las 5:00 p.m., con Los Zapaticos de rosa, interpretada por el grupo Las Estaciones.

Cuentos en flor se llama esta sección del festival que evoca al Apóstol porque a los maestros, precisamente, ha estado dedicada la jornada tiritera, explicó Cejas Herrera, quien también ensalzó la presencia en el evento de prestigiosos grupos titiriteros de la capital y de las provincias de Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, así como de invitados procedentes de México y Chile, entre otras naciones.



Títeres para todos


«Pensamos en esta 1ra Jornada porque La Habana, con 38 grupos de teatros de títeres para niños, no tenía ningún festival de títeres para toda la familia.

«Y como iniciativa de La Proa quisimos rescatarlos, pues en otros tiempos sí los hubo pero desaparecieron», explica Arneldy.

Este Festival lo ha incluido todo: títeres para niños, para jóvenes y para adultos; para toda la familia.

«Participaron 15 grupos que incluyen experimentados o jóvenes colectivos de otros lugares del país, tales como Papalote —donde yo me formé aunque soy espirituano—, teatro Las Estaciones; Titirivida, Alas Teatro, Caña Brava y el emblemático Teatro Escambray, entre otros».

«Decía que nos propusimos homenajear a los maestros, así que no ha sido solo a José Martí. También honramos a los primeros grupos de guiñol fundados por los Hermanos Camejo, que en 2017 cumplen 55 años: ahí están los de Oriente, Camagüey, Santa Clara, Matanzas y el Teatro Nacional de Guiñol, que llega a los 55 el año que viene; pero se lo vamos a adelantar porque este encuentro es bianual y el próximo será en 2019».



Diez instituciones de La Habana Vieja acogieron la Jornada tiritera que tuvo sus principales escenarios en ese municipio capitalino, además de en la Casa del ALBA, en Plaza, y en La Madriguera, de Centro Habana, adonde llevaron una puesta diaria como gesto de reciprocidad, por la AHS les ha dado todo su acompañamiento.

Participó también el Jardín internacional de los títeres de Adalé, un proyecto comunitario que se desarrolla en La Lisa con funciones cada domingo en el jardín de la casa del artista.

«A todo titiritero que visite Cuba,Adalé “lo capta” y se lo lleva a los niños de su proyecto allá La Lisa», cuenta.

«Es otro homenaje que quisimos hacer: destacar a las personas que trabajan mucho por el títere en la ciudad y a quienes casi nunca se les reconoce.

«Por eso creamos el Premio Timonel, que auspician el teatro La Proa y el Centro de Teatro de La Habana, y que estamos entregando por primera vez a Julio Cordero, maestro de maestros que dirigió la única escuela de títeres existente en Cuba, ya desaparecida, y a una institución: el Jardín internacional de los títeres de Adalé», apunta Herrera.

También acompañaron la Jornada la asociación civil Creando y Titireteando (Creati), de Mérida, Yucatán, en México, con la que teatro La Proa tiene casi un hermanamiento. Llevan varios años trabajando juntos.

Montaron entre ambos el espectáculo Érase una vez un pato, de Eduyn Maza, director de La Proa, y con puesta en escena de Arneldy. La obra se estrenó en Cuba, luego se llevó a Mérida, allí fue reestrenada después por Creati, y volvió a este festival presentada por el grupo mexicano.

«Es un espectáculo muy lindo, con música cubana», asegura.



Los pequeños también fueron protagonistas.

Procedente también de Mérida llegó Federico Cauich, titiritero y maestro que lleva unos 20 años viniendo a Cuba a recibir talleres en Matanzas, pero quien por primera vez impartió uno el miércoles en la Casa de México donde, en tres horas y media, enseñó a niños y no pocos adultos participantes a confeccionar un títere con la técnica de espuma de goma.

Junto a la diversidad de puestas en escena, los talleres también conformaron el programa del festival, que deparó el miércoles otra sorpresa: el Andar titiritero, una iniciativa incorporada al programa Ruta y Andares por la Oficina del Historiador, y que convocó la presencia de decenas de pequeños y numerosos adultos movidos por la alegría de las sirenas, los silbatos y las breves puestas en escena que matizaron el recorrido, e hicieron olvidar el calor y el implacable sol.

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