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Homenaje a trabajadores del Patrimonio

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Homenaje a trabajadores del Patrimonio

Por Eydi Sanamé Flores

Fuente: Habana Radio

La obra de quienes han salvaguardado y restaurado el Centro Histórico Habanero, Patrimonio Mundial de la Humanidad, fue reconocida este jueves 11 de enero por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Trabajadores con más de treinta años de servicio recibieron el homenaje de sus colegas junto al Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler, quien evocó momentos esenciales en la historia de la institución, que en este 2018 arriba a su 80 aniversario.

“Lo primero que me viene a la memoria cuando veo algunas fotos —expresó Leal—, sobre todo aquellas en las que aparecen compañeros nuestros de muchos años que ya no están, es que le dedicaron la vida y el corazón a la obra de restauración de la Habana Vieja.

“A ellos debemos, en definitiva, el fruto del esfuerzo. Hemos vivido momentos estelares como el museo al campo, y todas aquellas jornadas, desde los confines del Sandino hasta el encuentro con la columna que venía avanzando por la ruta de los liberadores, de Camilo y el Che, en la frontera de las villas en aquel momento.

Fueron noches tremendas las del año 69 y 70, durante la gran zafra. Porque el tiempo pasó rápidamente y se convirtió en 50 años de trabajo”, rememoró el Historiador de La Habana.

Entre los 45 trabajadores agasajados se encuentran proyectistas, carpinteros, oficinistas, choferes, conservadores de piezas museables, estibadores, al igual que directivos de varias dependencias de la Oficina, sin los cuales, en palabras del Doctor Leal Spengler, la obra internacionalmente prestigiada, y enriquecida a partir del legado de Emilio Roig, hubiese sido imposible.

“Mi propósito siempre ha sido ‘desmuseizar’ —es un término que no existe—; si fuera posible devolver muchas cosas a su ámbito natural, lo haría con mucho agrado. Uno de esos ejemplos es el Capitolio, donde después del 24 de febrero podremos acceder a los grandes salones y ver lo que se ha hecho con grandes esfuerzos, y pagando, inclusive, un precio de sangre”, apuntó el Historiador a quien le fue otorgada una tarja en honor a sus cincuenta años de liderazgo en la preservación del Patrimonio cubano a través de la institución que actualmente preside, junto a una obra pintada especialmente para la ocasión por el Premio Nacional de Artes Plásticas Roberto Fabelo.

El también Director de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de Ciudades Patrimoniales resaltó que el precio de la obra que el resto del mundo admira hoy, al grado de considerar a la Habana Ciudad Maravilla, ha sido uno muy alto que demandó la vida de no pocos obreros.

“Este precio lo pagaron los trabajadores cuyos nombres no están escritos en ninguna parte, pero que fueron muy importantes: los que murieron en la restauración en la calle Tejadillo esquina San Ignacio; los que murieron en el comienzo de las obras de demolición en el Palacio Cueto en la Plaza Vieja; los que murieron en Regla, bajando vigas de los almacenes que iban a ser demolidos; el que murió en el Capitolio, por solamente situar uno; el joven de la Escuela Taller que murió también y su nombre fue escrito allí, en una lápida, para recordar siempre que fueron los canteros, sus compañeros de labor, los que lo sacaron debajo de las ruinas. Es muy fácil ir ahora y escuchar un concierto pero nunca podemos olvidar el precio de la vida, del tiempo”, reflexionó.

“Quiero agradecer mucho la fidelidad a la obra, la honradez —continuó Leal—. Estuvieron entre oro, entre diamantes, entre objetos valiosos, y excepto alguna que otra claudicación que se pagó con el precio de la desaparición de cosas preciosas en momentos críticos, el 99% de los empleados, de los custodios, fueron de una ejemplar honradez y eso es muy importante.

“En esta historia no habría podido hacerse absolutamente nada sin esos carpinteros, sin esos maestros de oficio, sin los que custodiaron, sin los que explicaron con verdad, sin los que se superaron, sin los que proyectaron. ¡Cuántos!”, concluyó Leal.

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