Con una muy especial dedicatoria al Comandante Fidel, en sus 92 agostos de vida eterna, aconteció este domingo, Día Internacional de la Juventud, la premiación del concurso anual de fotografía Jóvenes en el lente, ya en su sexta edición.
En el Palacio Central de Computación, en el corazón de La Habana, fueron entregados tabletas, memorias flash y otros obsequios a los ganadores del certamen, que desde 2013 organiza el Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ) y contó esta vez con el coauspicio de los Joven Club de Computación y Electrónica.
“Sobredosis”, de Brian González Tabares, conquistó el Gran Premio, y el jurado elogió la maestría con que el autor logró captar y expresar en imágenes la complejidad y gravedad de ese fenómeno real y muy de estos tiempos, que es la adicción de los adolescentes a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
También entre los participantes mayores de 16 años, el grupo de expertos presidido por Rufino del Valle Valdés, de la Fototeca de Cuba, otorgó premios a Mirando con el celular, de Luisa Martina Hernández, en foto individual, y a S.O.S. Tecno Adicción, de Francis Lamelas, en serie fotográfica, y concedió ocho menciones.
En la categoría infantil (hasta 15 años), el jurado distinguió con el Primer Premio la obra Concentración, de Susana Bermúdez, por la sencillez con que refleja la capacidad de abstracción de una adolescente ante las TICs, y concedió menciones a Chica Selfie, de Ana Laura Peña, y Joven Club, de Karla Alexandra Mellina.
A la ACN, la doctora Keyla Estévez García, jefa del Departamento de Investigaciones Sociopolíticas del CESJ, habló de este certamen para jóvenes artistas del lente -profesionales y aficionados-, como un espacio de participación, cuestionamiento y construcción de la sociedad.
Infantes, adolescentes y jóvenes en la era digital fue esta vez el tema, inspirador, a juzgar por la calidad visual y riqueza conceptual presentes en la mayoría de las obras concursantes y que distinguen sin excepción a las ganadoras, las cuales serán exhibidas en el vestíbulo de la institución científica, sita en 13 y E, en el Vedado.
¿Cómo acceden estos grupos etarios a las tecnologías de la información y las comunicaciones? ¿Cuáles son los usos más frecuentes? ¿Cómo son reflejadas hoy las relaciones entre la juventud y las TICs? La convocatoria invitó a hacerse y a responder a través del lente de una cámara preguntas como esas.
Y es que, ciertamente, es muy intensa y especial la relación entre esas poblaciones y las nuevas tecnologías, un universo infinito de posibilidades desde el cual muestran sus motivaciones, proyectos, aspiraciones e historias de vida, reflexionó Estévez García.
En los últimos años, ha aumentado vertiginosamente el acceso y uso de esos medios por la población cubana y sobra decir que a la vanguardia están, ni más ni menos, las generaciones jóvenes, de ahí el interés y relevancia del tema en los espacios de investigación y debate asociados a los “pinos nuevos”, destacó.
Así pasó hace un mes, por ejemplo, en un encuentro en el CESJ al que asistieron, además de los especialistas, varios concursantes en la sexta edición de “Jóvenes en el lente”, que hablaron sobre el significado de sus obras, la realidad que expresan, posibles lecturas y mensajes que trasmiten.
El debate no minimizó la presencia e influencia de las TICs en la sociedad moderna, tampoco sus muchas bondades, la importancia de las redes sociales, y hasta de las fotografías “selfies” se habló, como un elemento curioso, innovador y atractivo para los jóvenes, significó la investigadora de esa institución científica.
Refirió que, no obstante, no pocos de los presentes en la cita alertaron sobre el peligro real de adicción a estas tecnologías y la necesidad de dosificar su empleo por los más jóvenes y conjugar el uso de videojuegos con la práctica de actividades al aire libre, en contacto con otras personas de su edad y con el mundo real.
La interacción de estas poblaciones con las TICs es una realidad y el reto para padres y educadores es ayudar a que sea para bien, y constituya un factor de desarrollo intelectual y social, señaló la doctora Estévez García.
Y añadió: “No se trata de criticar y prohibir. En una Cuba cada vez más digitalizada, controlar y educar se imponen hoy como palabras de orden”.
