Las máscaras, los disfraces, la magia de los símbolos, la teatralidad, los escenarios… desfilan por los lienzos de Manuel López Oliva. Nacido en Manzanillo en 1947, y galardonado con importantes premios y distinciones cubanas e internacionales, entre ellas la Distinción por la Cultura Nacional que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba, López Oliva se sitúa como uno de los más auténticos artistas plásticos del panorama contemporáneo cubano.
En entrevista sostenida con él a propósito de su más reciente catálogo, “Pintura y Performance”, el pintor y también crítico de arte comentó: “Se trata de un material promocional, donde he procurado que las obras reproducidas no se hallen expuestas en colecciones extranjeras, con el fin de concebir un catálogo netamente cubano”.
Producido por Collage Ediciones del Fondo Cubano de Bienes Culturales, “Pintura y Performance” ofrece en sus páginas los mundos internos y las emanaciones poéticas de Manuel López Oliva, a través de un conjunto de obras producidas durante los últimos 20 años. Con una estructura atractiva y con el afán de privilegiar el efecto visual, el catálogo no contiene textos originales, sino más bien fragmentos bilingües (inglés y español) de artículos y reseñas críticas y curatoriales. Las palabras iniciales, recreadas por el reconocido curador y crítico de arte Nelson Herrera Ysla a partir del texto propio “López Oliva. Una vuelta de pintura”, penetran en el imaginario artístico y los fundamentos estéticos del creador: “Su obra no es agresiva, tampoco es complaciente o dulzona. Está más cerca de lo meditativo y racional, del costado reflexivo que de la esfera humana. Se adentra en uno de los problemas centrales de discusión del mundo contemporáneo: la moral. […] Sus lienzos se ubican a medio camino entre lo iconográfico y la metáfora –más de esta, pienso yo–, entre la descripción y el símbolo, entre la síntesis gráfica y el entramado barroco”.
El catálogo será presentado el 28 de febrero a las 4:00 p.m. en el Museo Nacional de Bellas Artes. La presentación, a cargo de Jorge Fernández, director del Museo, tendrá lugar en medio de una suerte de actor studio, donde el artista podrá rememorar su profundo caudal de vivencias y su dinámica relación con la cultura cubana. Además, varias de sus obras quedarán expuestas a partir del 4 de abril en la Galería Artis 718, bajo el título “A teatro abierto”. El catálogo también estará a la venta durante la exposición, momento que López Oliva aprovechará para recrear un espacio performático con la intervención de jóvenes estudiantes. “Mi obra tiene que ver con el teatro, las máscaras, el mundo de la representación. Por ello en esa ocasión representaré una especie de capilla infernal, junto a 15 obras de grande formato. Algo se me está ocurriendo…”, concluyó con expresión de picardía.
Definiéndose a sí mismo como una clase de “ser múltiple”, López Oliva trasciende y se autentifica a través de la creación, de la visible pasión con que traduce las experiencias que deslumbran sus ojos de artista.
