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Porque solo somos alma, 50 años del Teatro Guiñol de Holguín

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El 17 de mayo de 1959 los hermanos Arturo y Carlos Ricardo fundaron el Teatro de títeres para niños Yarabey, en voz taína “luz del día”, creando así la primera compañía teatral que se gesta después del triunfo revolucionario en la ciudad y pilar del actual Guiñol de Holguín. Pero sería en igual fecha de 1972, en su paso a la categoría profesional con la dirección de Felipe Betancourt del Río, el momento que marca el aniversario del Guiñol holguinero.

Cincuenta años después y 63 de la génesis, el Teatro Guiñol de Holguín, dirigido por Karelia Fernández, celebró con una jornada de actividades que incluyó un conversatorio en la sede de la compañía, el lanzamiento de un concurso de confección de títeres para los más pequeños, y una gala que contó con la participación de los colectivos del Consejo Provincial de las Artes Escénicas (CPAE), su medio siglo de apuesta por la magia de los muñecos.

La sede de la compañía, en la calle Martí, justo en uno de los laterales del Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol, acogió a partir del tema Porque solo somos alma, un conversatorio con integrantes del colectivo, entre ellos el propio Arturo Ricardo, quien rememoró los días fundacionales de Yarabey en el torbellino social, político y cultural de 1959. «El Guiñol se funda por iniciativa del director de Cultura, Silvio Grave de Peralta. Después del triunfo inician las primeras actividades culturales, entonces mi hermano y yo nos presentamos, y allí hicimos imitaciones de voces, humor teatral, y otras cosas.

A Silvio le interesó mucho las voces que hacíamos, voces de niños, viejos, animales… que formaba parte de un programa que teníamos montado. Entonces nos dijo que él tenía pensado crear un proyecto y ya que nosotros teníamos esas cualidades de hacer voces podríamos hacerlo… Nos dijo que crearía un teatro de títeres para los niños, pues aquí no había nada parecido, solo el cine con las películas de Tarzán y otras más de entonces», comenta Arturo. Además contaron sus experiencias del paso por la compañía, entre otros, las actrices Marta Proenza y Nelis Rojas, la teatróloga María de los Ángeles Rodríguez, Luisa González, al frente del CPAE por varios años, y la propia directora Karelia, además actriz del Guiñol.

Frente a su sede y con bastante asistencia de público, el Guiñol celebró su 50 aniversario. Compañías como el Teatro Lírico Rodrigo Prats, Palabras al Viento, Codanza, Alasbuenas y La Campana, se sumaron al agasajo en una gala que recorrió parte de su trayectoria a través de fragmentos de importantes obras como La cucarachita Martina, Galápagos, Ruandy y su más reciente estreno, El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres.

El momento fue oportuno –además de los reconocimientos del CPAE y la Dirección Provincial de Cultura– para entregar el Premio Alberto Dávalos, instituido por el CPAE por una vida consagrada a las artes escénicas en la provincia, de manera especial a los hermanos Arturo y Carlos Ricardo, iniciadores de una compañía que es hoy considerada, por el público y la crítica, entre los principales colectivos de teatro de títeres en todo el país.

Además se reconocieron a creadores esenciales en el desarrollo del colectivo durante este tiempo: el realizador de efectos sonoros Armando Vielza; la compositora Maricela Miranda; las actrices Marta Proenza, Nelis Rojas y Elvis Pérez; el sonidista William Giralda; el asesor musical Yunior Rodríguez, y el diseñador Karel Maldonado, creador de la estética que, desde su incorporación a finales de la década del 90, ha marcado visualmente a este colectivo.

Como colofón de la gala –que contó, además, con la actuación de la cantautora Edelis Loyola y los payasos Pirulete y Biribí– se premió el concurso Creando un títere, ideado por la compañía. El jurado, compuesto por Karel Maldonado, Onelio Escalona, artista visual y miembro del dúo Caricare, y Armando Vielza, premió en primer lugar al niño Daniel Tamayo; y respectivamente en segundo y tercer lugar, a Lester Maikel Almaguer y Verónica Hechavarría.

El Teatro Guiñol de Holguín es uno de los colectivos teatrales con una importancia medular en el escenario teatral holguinero: sus 50 años en escena y la realización de la Fiesta del Títere, evento que protagoniza cada año con el objetivo de llevar a las comunidades holguineras y al público variado, el teatro infantil y el arte titiritero en sus múltiples resonancias y estilos, lo demuestran con significativas creces. Enhorabuena, entonces, el hermoso y útil arte del Guiñol que celebra sus cinco décadas entregado al títere. (Tomado de Uneac)

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