Por Indira Hernández
Cuando en mayo del 2022 se aprobó en Cuba la ley 148 de Soberanía Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Nutricional, se reconcía: "un riesgo de inseguridad alimentaria", y este es un tema más que crucial en Cuba.
Frei Betto, como asesor del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional llegó al teatro Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura este lunes, para sostener un encuentro con el Grupo Temporal de Trabajo para este trascendente tema. Se llevaba a cabo así un primer acercamiento al plan de acciones para, desde la Comunicación Social, implementar el Plan de Acción que acompaña a la Ley en cuestión.
El encuentro buscaba concretar acciones operativas completas; y por consecuencia diseñar un plan de comunicación efectivo, capaz de acompañar y de sensibilizar a los públicos en torno a lo que implica que, en nuestro país, a mediano y largo plazo, se, consolide una independencia alimenticia. "Cuba necesita producir alimentos para crear niveles de sostenibilidad y sustentabilidad alimenticia y esto hay, también, que comunicarlo bien", trascendió como idea primordial en la reunión.
El plan nacional de Soberanía Alimentaria trajo consigo la aprobación en la última sesión de nuestra Asamblea Nacional de la Ley correspondiente, que desencadena toda una metodología para ser implementada, con un enfoque agroecológico, para enfrentarse a la difícil situación económica que atraviesa el país.
"Hay una preocupación del gobierno central de que haya más sensibilidad y compromiso de los gobernadores, y sobre todo los entendidos, acerca de esta Ley. La base debe asumir el protagonismo. Por eso es muy importante convencer a la gente de la prioridad de producir, porque comprendemos los niveles de insatisfacción por la cuestión alimenticia cuando, a pesar de todos los esfuerzos, no hay un plato de comida sobre tu mesa; y así es complicado hablar de ideologías", opinó Frei Betto.
"Si este plan no llega al pueblo de Cuba y el pueblo no asume eso con su protagonismo, va a quedar en papel", concluyó, al tiempo que señalaba la ausencia de una mención más estable en los medios y la necesidad de que la población cubana se sienta partícipe de la estrategia de seguridad alimentaria.
En el encuentro participaron directivos del Ministerio de Cultura y representantes del Ministerio de Agricultura y comunicadores del Sistema Nacional de Cultura. Por su parte, la Asociación de Comunicadores Sociales hizo un importante aporte con el diseño justamente de una estrategia de comunicación, y resaltó como objetivo fundamental el movilizar los sistemas sociales, de comunicación y de producción.
Diango González, presidente del Consejo Nacional de Casas de Cultura, dijo que las sugerencias ofrecidas por otros organismos pueden integrarse como una forma de evaluar su cumplimiento y efectividad: “Hay temas aquí, desde los espacios públicos, que no van a verse en un chequeo del ICRT o del Mincult. Hay que involucrar seriamente a los gobiernos locales y provinciales”.
Esta estrategia de Comunicación Social, educativa e inclusiva, estaría vinculada asimismo al Sistema Institucional de la Radio y la Televisión. Está dirigido a públicos como productores activos de zonas urbanas y rurales, proyectos u otras formas de gestión, jóvenes, adultos, directivos y especialistas del tema. Reducir importaciones y otorgarle poder a las administraciones locales son otras propuestas a intencionar en función de los programas existentes.
Joel Suárez, coordinador del Centro Martin Luther King, consideró el encargo referido al Mincult como una tarea compleja en términos de gerencialidad y llamó a incorporar otras instituciones a dicha tarea. También hizo énfasis en que la tarea del Ministerio de Cultura no es solo la estrategia de comunicación porque el eje encomendado por la dirección del gobierno incluye todo lo que tiene que ver con el cambio cultural.
Que una buena salud depende del consumo responsable de alimentos; que no es solo comer sino hacerlo sano y que producir nuestros alimentos nos hace más libres fueron algunas de las líneas de mensaje destacadas por el Equipo de comunicación constituido. Además, se hizo énfasis en plataformas como los medios digitales, el posicionamiento de mensajes en espacios públicos y el reflejo de la identidad visual y sonora en diferentes plataformas; lo cual comprende spots, animados, programas televisivos y radiales, y convocatorias a concursos de creación artística.
Las iniciativas estarán dirigidas a la educación con un enfoque agroecológico, al desarrollo de la conciencia social y al respeto de las tradiciones culturales desde el reconocimiento de sus particularidades. Así, el grupo temporal de trabajo para el eje de la comunicación en la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria constituyó el equipo encargado de asumir las tareas comunicativas en reunión acontecida este 18 de julio en el teatro Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura (Mincult).
“Este es el nacimiento de ese grupo”, concluyó Maitè Vigoa, directora de comunicaciones de dicha entidad.
