Por Adalys Pérez Suárez
Fuente: Cubarte
La obra de la ecuatoriana Janet Tábara y el quehacer de un grupo de creadores matanceros, están representados desde este martes en el capitalino Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, con sendas exposiciones que estarán abiertas al público hasta el 8 de septiembre venidero.
En la Sala Transitoria de la institución ubicada en la intersección de las calles Luz y Oficios, en La Habana Vieja y con la curaduría de Jesús (Chucho) Romeu, la guayaquileña exhibe en Soñando heridas, una veintena de mosaicos artísticos de pequeño formato, pertenecientes a su serie Mujeres.
Manos, rostros y bustos femeninos predominan en las imágenes que ella nos regala en su primera muestra en Cuba, en franca denuncia a la violencia de todo tipo de que son objeto las mujeres; y a la discriminación a que están sometidas en mayor o menor grado en casi todo el mundo.
Maestra de profesión, Janet Tábara se inició de forma empírica en la creación de mosaicos en 2010, mientras ejercía la docencia en la pequeña ciudad de Piñas. Tras el regreso a su natal Guayaquil, continuó desarrollando exitosamente esta técnica que ya ha logrado exponer en el exclusivo Museo Municipal de esa urbe ecuatoriana.
También tuvo su apertura este martes Huellas del alma, exposición colectiva que presenta en la Sala Polivalente del CPAPD obras de seis artistas matanceros, en la que están representados el dibujo, la pintura y la fotografía.
Apelando a diversas técnicas y estilos, la veintena de piezas que el público podrá apreciar hasta inicios de septiembre apelan desde distintos ángulos a la sensualidad, unas veces de forma explícita y, otras, mediante asociaciones que el espectador puede lograr a través de la composición concebida por el artista.
El vínculo sostenido por gran parte de este colectivo con la yumurina Ediciones Vigía es apreciable en los soportes y el diseño de algunas de las obras puestas ahora a la consideración del público.
Daylé Hernández, Giorge Michel Milián, Alexis Plascencia, Adriana Herrera, José Miguel Hernández y Pedro Perice, fueron los invitados a este proyecto que contó con la curaduría de Pedro Roig Figueroa.
