Foto: Luis Bruzón
Tres décadas después de su primera visita a la Mayor de las Antillas, regresa con su obra una mujer que en Cuba se recuerda por adentrarnos en el espíritu de la Nueva Ola francesa. Hoy Agnès Varda, autora de más de cincuenta filmes, transita de la octava a la novena década de su vida pero sigue haciendo un cine divertido e inteligente.
Hasta el 10 de julio se puede apreciar en la Sala Transitoria del Tercer Piso en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), la exposición VARDA/CUBA/CINE como parte de las celebraciones por el Mes de la Cultura Francesa en la Isla y la edición 20 del Festival de Cine galo.
Jorge Fernández, director del MNBA, calificó la apertura de la muestra como un momento histórico pues se trata del primer acto de colaboración entre el Museo que él preside y el Centre Pompidou, Musée National d’Art Moderne, institución que arriba a aniversario 40 en este 2017.
Por la parte francesa, la exposición contó con la curaduría de Clément Chéroux y Karolina Ziebinska-Lewandowska. Mientras que en su versión habanera asumieron la curaduría Laura Arañó y Jorge Fernández, quien propuso –gracias a la colaboración de Lola Calviño, Luciano Castillo y Antonio Mazón– enriquecer la muestra con un tributo a la cineasta cubana Sara Gómez, que trabajó con Agnès Varda durante su estancia en Cuba en la década de los 60.
“Este es un homenaje a la labor de las mujeres en el arte y su influencia en artistas visuales cubanos contemporáneos como Juan Carlos Alom y René Peña”, advirtió Fernández.
Como parte de la exposición se proyectan, en la sala contigua, documentales de Sara Gómez con un marcado carácter antropológico y etnográfico –que aportaron a la deconstrucción de la narrativa clásica contemporánea–, como son Guanabacoa: crónica de mi familia; Y tenemos sabor; Una isla para Miguel; En la otra isla, Poder Local, Poder Popular y Sobre horas extras y trabajo voluntario.
En un encuentro con la prensa se conoció que existe una voluntad, por parte del Instituto Francés, de restaurar los documentales de la primera mujer cubana que realizó un largometraje de ficción, el inolvidable filme De cierta manera.
Por su parte, la cineasta de origen belga asentada en Francia, Agnès Varda realizó, en 1962, miles de fotografías en La Habana y en otros lugares del archipiélago. Así nació la película Salut les cubains, en 1964. Ahora dialoga en el espacio de exhibición con 120 fotografías que dieron origen a ese documento audiovisual.
Julie Fabrie, cercana colaboradora de quien dirigió Las criaturas (Les créatures, 1965), destacó que la exposición de La Habana cuenta parte de una historia de amor entre Varda y la Revolución cubana, la música, la pintura y el cine de esta Isla.
