Con una amplia delegación Cuba participa en la 57 edición de la Bienal de Venecia, Exposición Internacional de Arte Contemporáneo reconocida entre las más antiguas, importantes y prestigiosas del mundo.
Desde el pasado 12 de mayo, en el jardín del Instituto, frente al Canal Grande de Venecia fue inaugurada la muestra, titulada Tiempo de la intuición, que tuvo en el emotivo y lacerante performance del habanero Carlos Martiel su apertura.
Martiel abordó el tema de la emigración africana en nuestros días y su incontable estela de muertos en el Mar Mediterráneo.
La delegación cubana incluye 14 artistas y está encabezada por el comisario Jorge Fernández Torres, director del Museo Nacional de Bellas Artes y el curador José Manuel Noceda Fernández.
La muestra está emplazada en un antiguo inmueble veneciano conocido como Palacio Loredan y sede, desde 1838, del Instituto Veneto de Ciencias, Letras y Artes, ubicado en la zona céntrica de la ciudad italiana, a unos pasos de la Plaza de San Marco y permanecerá abierta al público hasta el próximo 31 de julio.
Ocupando ambos pisos del recinto, la muestra isleña se despliega por estancias y bibliotecas con espectaculares pisos y techos de madera, al mejor estilo veneciano, e incluye obras de Abel Barroso, Iván Capote, Roberto Diago, Roberto Fabelo, José Manuel Fors, Aimée García, Reynier Leyva Novo, René Peña, Wilfredo Prieto, Mabel Poblet, Carlos Martiel, Meira Marrero & José Ángel Toirac, José E. Yaque y Esterio Segura.
Según el curador, José Manuel Noceda Fernández, la adopción del título de la muestra alude al imaginario de Alejo Carpentier, quien expresara, en 1961, una peculiar visión del concepto de temporalidad en América Latina y en el Caribe.
Al decir del destacado novelista y ensayista cubano, en esta región coexisten simultáneamente tres realidades de lo temporal: el tiempo del pasado, o tiempo de la memoria; el presente, o de la visión; y el futuro, o tiempo de la espera.
El tiempo elegido para esta muestra viene a ser el presente, tiempo de la visión o de la intuición, donde los artistas presentan su propia interpretación del hoy por hoy en Cuba, enfatizó Noceda.
Mezclando temáticas sociales, intimistas y raciales, con poéticas de género y expresiones de fe y espiritualidad; este grupo de muy reconocidos artistas traduce cada una de estas problemáticas en caminos posibles para la reflexión sobre la relación entre historia y vida cotidiana, donde el contexto y el compromiso devienen aspectos claves para repensar y resemantizar la realidad del día a día.
La primera participación del arte cubano en Venecia se remonta al año 1952, fecha en la cual participaron igual número de artistas.
