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Día Iberoamericano de la Danza honra a Alicia Alonso

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El Día Iberoamericano de la Danza acontece hoy por primera vez para destacar el legado e influencia de la artista cubana más reconocida a nivel mundial, Alicia Alonso, quien nació hace 100 años.

'Reunidos de forma extraordinaria, por videoconferencia, los Cancilleres de Iberoamérica declaramos el 21 de diciembre como 'Día Iberoamericano de la Danza', en homenaje al centenario del natalicio de la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso y a su inolvidable legado artístico', notificó hace unas semanas el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

El fallecimiento de la diva sorprendió a todos el 17 de octubre de 2019 en esta capital, su ciudad natal, donde el pueblo le brindó múltiples muestras de homenaje.

Alicia dedicó su vida a la danza, primero a formarse como una bailarina respetable, luego a conformar un estilo propio, y después a perpetuar el ballet dentro de la cultura cubana, como parte integrante y ya inseparable de esta.

Junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso, fundó la primera compañía profesional de ballet en Cuba, hace 62 años, cuando ese arte era escasamente comprendido en las sociedades latinas.

Pese a las contradicciones sociales, políticas y de salud que padeció, la decisión y valentía de esta mujer la hicieron persistir en elevar su rango de bailarina.

Alonso respaldó la revolución social en Cuba iniciada en 1959, y se alzó sobre prejuicios e ideologías burguesas para llevar su arte al pueblo, a las fábricas, los campos, un bosque, un valle, cualquier calle.

En el mundo de la danza cobró fama por sus prodigiosos giros y la manera particular de adueñarse de la técnica, se convirtió en protagonista de leyendas.

Todavía algunos hablan de la quinta Alonso para aludir a una posición específica de los pies, mientras los viejos amantes del ballet atesoran especialmente las veces que la vieron transformarse en Giselle y en Carmen.

Hasta el momento de su muerte, el 17 de octubre de 2019, la artista continuaba activa como maestra, coreógrafa y directora del Ballet Nacional de Cuba y del Festival Internacional de Ballet de La Habana, en cual participan los más renombrados bailarines del planeta.

Pocos calculaban su amor por los animales, en especial, una gran pasión por los perros, y el extraordinario sentido del humor que la indujo a gastarle bromas a algunos de sus partenaires en escena.

En la juventud, pintó cuadros y desde niña amó el color azul y la literatura universal.

Además, siempre rechazaba la posibilidad de que los humanos habitemos solos este universo y contaba entre sus añoranzas la de poder sentarse en el Malecón de La Habana a disfrutar de la brisa y un espectáculo de olas, pues la fama le impedía pasar desapercibida.

El Gran Teatro de La Habana, desde 2015, añadió a su denominación el nombre de la insigne artista y el Ballet Nacional de Cuba acaba de interpretar allí, junto a otras compañías de danza del país, una temporada de homenaje a la fundadora.

Los aplausos y ovaciones con los que el público cubano recibía a Alonso a su llegada a ese recinto o a cualquier teatro del país también erigen una leyenda difícil de igualar.

Fuente: Prensa Latina

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